Escena Drag QUITO Yo o el otro yo, es difícil hablar de uno mismo porque nos cuesta quedar mal frente al resto de los mortales y tememos al qué dirán. En la mente siempre queremos caer bien; cual monedita de oro o zapatilla de cristal. Yo, hombre de 34 años, 20 de homosexual practicante, 12 en las artes, 9 de pareja, 7 de drag, 5 de dramaturgo y sin acabar de aprender, reconozco que soy alguien que se aburre con facilidad cuando no me prestan atención; disléxico de naturaleza, aprendiz por necesidad, todo lo hago en la vida y nada más. El otro yo es una parte encontrada hace poco tiempo, un accidente de tablas escénicas en el que nunca me imaginé hallarme. Una semana de Noviembre, yo director en un oficio desconocido en mi país y mucho menos en mi ciudad, cuando un amigo me dijo que lo intentase solo para ver como me va y ahí está. Me enganché del drag y de su mundo de personajes bizarros, de cuerpos andróginos, de vestuarios dolorosos, luces sicodélicas y sed de grit...