Marlboro Man
Yo, halagado le sonrío y observo la escena. El hombre, utiliza tirantes rojos para sujetar sus pantalones, mesero de alguna fonda cercana, ofrece de comer a una prostituta desnoblecida, de lo que va sobrando, de tarde en tarde, mientras acaricia una de sus piernas. A los pocos pasos escucho la voz de la mujer, que viene detrás de mi, sujetando una tarrina de paella que le convida su amigo.
Aruñada el cuello, con la sonrisa despostillada, deja a la vista sus senos para incitar mi deseo; yo ignoro mi intriga y declino aceptar la invitación a sus encantos polvorientos. Con un tufo persistente a salsa picante, acaricia mi hombro, mientras su comida se enfría en el extremo de la otra mano, me ha dicho como ultima oferta. Que por quince euros, iríamos a lo alto de la colina por debajo del puente a desnivel, me haría una francesa y follaríamos, sin mucho que decir, continuo con mi paso alejándome de aquella mujer y su tarrina maloliente. Ella, al entender que no podría convencerme a que regrese, se devolvió por la esquina, seguramente a verle a quien provee de raciones su hambre.
Quizás, tramaban entre ambos pescarme entre los arbustos, por debajo del ruido de los vehículos que se encaminan a la autopista. Con los pantalones bajados a media rodilla, una prostituta destentada que amenaza con su mordedura de sumisión, sujeta mis testículos con sus garras de esmalte rojo, me obliga a enderezarme, intimidándome, en cuclillas como fiera no afloja su bocado, me despoja de la billetera; abandona la sombra su cómplice, una figura pequeña que se en fila con un chuzo por detrás, me toma por la cintura y presionando la punta de la navaja a mi nalga descubierta, me obliga a arrodillarme, toma mi reloj, la chaqueta, se hace de los zapatos, y en un acto desmerecido me clava un punta pie en el costado del abdomen. La puta se aleja por detrás acomodándose la teta que le cuelga de la blusa, me da un guiño y apresura el paso, solo escucho el resonar de sus tacones amortiguarse a los ruidos de los motores que circunvalan por encima de mi honor mancillado.
Seguro pensarían que uno podría ser un turista ingenuo, capaz de enredarse con personajes de ese aspecto, en una ciudad desconocida, por debajo de los elevados, habrán veraneantes candorosos, por la cara de asombro que puso, de que yo rechacé estimulación oral de esa boca lapidaria. Quizás en otra ocasión me hubiese aventurado hacerle unas fotos, enmarcándole con la ciudad grafiteada, la imaginaba tan bella en ese ocaso. Apresuro el paso, dejo atrás la callejuela, retomando las avenidas principales, a trechos la ciudad se oscurece, voces del insomnio. El hombre de traje gris ha llegado a la altura de la plaza, su andar al azar en busca de colillas de cigarrillo, rebuscando monedas en los teléfonos públicos, adormeciéndose en los bancos, con el cansancio acumulado de noches de mal dormir.
Me acerco al individuo y le obsequio una cajetilla, me siento a su lado, el hombre enciende un cigarrillo, inhala el humo profundo lo absorbe con gratitud. En su momento, fue un empleado publico que fue dado de baja, nunca supo como decirle a su pareja y a sus hijos que había perdido el puesto que nadie lo contrata por su edad, a duras penas come en el día, con el martirio del fracaso, abandono el lecho, fue en una tarde sin precedentes luego de deambular por la ciudad en su traje gris con su carpeta curricular bajo el brazo, sin ánimos de verse al espejo, con cuentas pendientes, sin fortuna, los hijos le habían perdido la fe, la mujer pudo conseguir un trabajo de limpieza y no necesitaba mas de sus lamentos, así que decidió no volver.
resuelto a no tener mas vergüenza ante su familia, ni permitir que su mujer le atropelle y le insista que es un buena para nada, que en sus años es una carga para el hogar. Una mañana como tantas otras, salio de su domicilio con intenciones de no volver, con el suicidio en mente, nunca tuvo el valor de desaparecer del todo. Así que deambula, regatea, y pide a lo divino que nunca permita que coincida con sus hijos en la calle, en esa situación tan desventurada.
Nombre: Modesto gallardo 55 años, profesión: Ciencias políticas y económicas
Comments
- kati
Q ego tan leve el del hombre del traje gris...Hay otros padres que teniendo grandes cantidades de dinero, no quieren toparse con los hijos...Obvio hijos del recuerdo, del pasado, de aquellos períodos de vida en que es mejor sufrir de amnesia...Así es más fácil.
No puede ser!WOW!!!!!!!
Te mando mi respeto!
Y ya te voy a contactiar, proxima semana porque voy a estar viajando!
Es la primera vez que leo un blog completo...Definitivamente contenido de calidad. Tus fotografías son excelentes y los textos aún más. Cada historia es tan única, tan auténtica...Muestras lo evidente y lo oculto de la maravillosa capital.., del mundo y otros mundos.
Felicitaciones y Gracias por la invitación...
un abrazo
Un abrazo grande por tu trabajo, el hombre Malboro, y que no escampe
Christian Espinosa
www.coberturadigital.com
www.simbolosdelibertad.com
oye ke duro el pana este de españa....estudiado, en algo le fue mal y se derrumbo
bakanes las fotos...
Esta super tu blog,tu creatividad y fotos unicas =)
Un beso a la distancia
Saludos desde Argentina!!
Gustavo Flores
Un sugerencia, para la próxima cuando hagas una invitación para visitar tu blog, si te interesa el post del autor por lo menos deja un comentario...
Y el de al lado... sí, ese insignificante ante nuestros ojos, puede tener hasta la más increíble de las historias.
Buen post.
Un abrazo.
Son pocos los trabajos que puden ser aplaudidos; y este es uno de ellos.
Mis Saludos
Saludos.
Pd: Veo que te has registrado en http://www.verveearth.com , una recomendación, coloca bien el lugar de ubicación, me refiero a la ciudad, pues andas perdido por el Oriente.
Pd2: Sería genial que contestaras los comentarios de quienes te admiran o pasan por aquí, digo sería algo bueno y más interactivo.
Agradezco el interés por la pagina Historias del ojo,
Siempre tuve intenciones de compartir e interactuar con personas que se relacionan con el blog y se han decidido compartir ideas y emociones con otros, la pagina que construyo me es una ventana y a su vez un desahogo de historias que de otro modo quedarían anónimas. Te comparto otras publicaciones que realizo, hasta otro momento amigo
Saludos cordiales,
Tarik
Obra Virtual
http://infaustos.blogspot.com
Te establecen límite de edad para trabajar, determinan el sexo, y apariencia física???????
Llegar a viejo es algo que da miedo en el mundo laboral... ojalá no se repirtan con mucha frecuencia la historia del hombre vestido de gris.
Saludos
Verónica.